Dicen que son el
mejor público del mundo. Ellos lo
demuestran show a show, y eso queda registrado en dvd´s que recorren el planeta. Pero, ¿sabe ‘el mejor público del mundo’ qué difícil es tocar música en su
ciudad? Realmente, son pocos los espectadores que conocen como es la movida
nocturna en Buenos Aires. Claro que ellos o son músicos, o están cerca de
ellos.
Tocar en Capital, se
volvió un caos más. Una ciudad culturalmente millonaria no tiene espacio ante
tantas expresiones, y las empresas se aprovechan de las debilidades, las ganas
del público, y sobre todo, de las
bandas.
Es muy fácil ganar
dinero en pocos pasos siendo productor o teniendo un lugar habilitado para
tocar. Lo más difícil, según cuenta Pity
Fernandez, cantante de Las Pastillas del Abuelo, es conseguir el siguiente
combo: lugar, fecha y un buen acuerdo en lo económico: "Lo lógico para que los dueños de los boliches no te expriman
sería arreglar que todas las entradas vendidas sean para vos y además, te den
un porcentaje de la barra. Vos le estás llevando la gente. Casi siempre la
totalidad de entradas queda para la banda, y la barra a cargo del lugar".
Son pocos los lugares donde les dan las dos cosas, casi inconseguible, casi de
otra época.
Otro gran curro dentro
de las noches de show son los promotores:
personas que tienen personal a cargo, cortando entradas en la puerta,
encargándose de la limpieza de los baños, del ingreso del público, y
dependiendo de la jerarquía y del lugar donde estén, son beneficiados con un
porcentaje de la venta de entradas.
Las dependencias
varían si el promotor organiza festival con dos o tres bandas, o si es sólo el
turno de una banda. Al mejor estilo albergue
transitorio.
Muchos son los
factores que afectan a las bandas, y gigantes son las posibilidades para que
una noche soñada sea una catástrofe tanto en lo emocional como en lo económico.
Para tocar, al músico se lo trata como a una persona que va a pedir un préstamo
a un banco: tiene que hacer mil trámites para poder cumplir parte de ese sueño,
que es llevar adelante su vocación.
Todo parece mostrar que
la cultura no siempre ve sus frutos, ya sea por intereses políticos,
sociales y/o empresariales.
Nota realizada por Ariel Andreoli, Pablo Ríos y Hernán Clérici
Nota realizada por Ariel Andreoli, Pablo Ríos y Hernán Clérici
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