viernes, 29 de noviembre de 2013

La Gran Bestia Pop

(Uno de los shows del año para recordar)

 

Llega fin de año y la memoria empieza a funcionar. Los recuerdos de algo que (casi) no se contó. Un gran e inolvidable show sin casi difusión. Un lugar que costó millones y que no rinde como el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri desea. Eso fue la presentación del histórico Daniel Melero, que le dio un cierre de oro al festival de invierno realizado por Geiser Discos y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en el moderno y elegante edificio, donde hoy funciona la Usina del Arte, en el barrio de La Boca, el 10 de agosto de este año. Estas líneas que vienen abajo quieren recordar uno de los más lindos momentos que este 2013 dejó a nivel cultural.

 

   Llegar hasta el lugar podía ser una verdadera travesía si no conocías la zona, ya que la calle Don Pedro de Mendoza tiene un singular recorrido en toda su extensión. La ex Compañía Italo Argentina de Electricidad quedó totalmente renovada y ya se podía notar apenas se cruzaban las rejas de la entrada. Adentro, paseaban y convivían distintos personajes de la escena Indie argentina, viendo vinilos extranjeros (que valían fortuna), cd’s, encendedores, púas con dibujos y hasta remeras que sobraron en recitales masivos, ya sea de bandas de afuera o nacionales, a tan solo 50 pesos. Igualmente, lo más freak, se podría considerar al stand de los chicos de las peluquerías Prana, que te invitaban a usar esos raros peinados nuevos, patrocinados por Rey Momo (y no se trataba del cierre de campaña del candidato Momo Venegas, sino de la marca de espuma que se usa en los carnavales). 

 

   “Y en esta maldita memoria, voy a guardarte un lugar porque no voy a olvidarte más... jamás”, cantaba el líder de Viva Elástico cerrando su presentación con el auditorio Geiser a sala llena, siendo una de las bandas más festejadas del festival. Post show, si bien sonaban otras bandas había que ir a hacer la (extensa) cola para el Auditorio General para conseguir una buena ubicación, donde el prócer no reconocido masivamente del rock nacional cerraría la noche con su show particular. Los carteles en la entrada mostraban la leyenda: “Ni Brooklyn ni East London... Buenos Aires Ciudad Indie”, así que previo a Melero, ya uno podía asegurarse que lo que iba a ver en instantes no era casualmente lo que suena en la radio.

 

Con algunas chicas como organizadoras, que como en un cine te indicaban donde sentarte, la sala se llenó y a las 21:52 (más puntual imposible, sabiendo que debía salir a las 21:50) Daniel Melero salió en acción con sus clásicos anteojos, un pantalón violeta y un saco para la ocasión, respaldado por su espectacular banda. Sobre el gigante escenario, había espacio de sobra para los músicos, y sumaba muchísimo una escenografía que no tenía mucho más que dos esculturas que colgaban del techo, pero que con el juego de luces que se mostraron en todo el show, dio una sensación de bienestar.

   “La sed” fue el primer clásico que sonó en la noche, del inolvidable Travesti, de 1994, seguido por “Sangre en el Volcán”, de Los Encargados, aquella banda ochentosa de tecno que supo llamar la atención del panorama musical de la época, y hasta telonear a Riff (aunque los heavy los trataron muy mal en aquel épico show). 

 

   “El tiempo que pasó no se repetirá jamás, y en cada estación no habrá un día igual: Todo cambiará”, prometía la bella y especial “El mundo será nuevo”, del disco Vaquero, de 2001, quizás el álbum con las letras más lindas del músico nacido en Flores a mitad del siglo pasado. Luego sonaron la electrónica “La forma del deseo” en una versión impresionante de Cámara, seguida de “Por el Río”, de su último álbum Supernatural, y Melero se mostró impresionado, diciéndole al público: “Sí, son ellos”, asegurando que la banda suena así de manera sideral gracias a que tiene buenos músicos que interpretan a la perfección sus canciones.

   Una furiosa “Rápido expreso Moreno” y una siempre linda “Amazona” fueron la antesala del momento más romántico y meloso de la noche: luego de que los músicos se retiraran del escenario, exceptuando quien tocaba los sintetizadores que se hizo cargo del piano y de Melero que se quedó a cantar,  tres canciones de esas que estimulan los sentimientos sonaron para deleite de los que se hicieron presente en el Auditorio. Primero “Quiero estar entre tus cosas”, segundo “Descansa en mis brazos”, en una versión en que demostró que le sobran dotes musicales al pianista, y al final, la super dedicable “Nena mía”.

 

   Una espera de algunos minutos fue para que se hicieran presentes todos por un Bis, que se retrasó aún más ya que el tecladista llegó después y entre risas Melero aseguró: “Es la primera vez que se retrasa todo y no es por mí”. Para el final sonaron “Amor difícil”, y “Líneas”, un clásico del disco Silencio, el único álbum oficial de Los Encargados. El frontman se despidió saludando a su público, los músicos se quedaron tocando hasta que desaparecieron de escena, para luego dejar a los instrumentos sonando solos con efectos que elevan la mente a viajar al más allá.

   Daniel Melero cerró esta edición del nuevo festival de invierno que propone la ciudad, demostrando que es un músico que “sea del palo que seas”, hay que respetarlo. Ya no quedan dudas que no solo fue aquel personaje excéntrico de los años ochenta líder de Los Encargados, ni el que trabajo con Soda Stereo en sus discos más importantes, ni tampoco fue solo el padrino de grandes bandas alternativas de la escena de los años 90’s. Es uno de los pilares de la escena under nacional, y en shows como el del 10 de agosto de 2013, muestra que musicalmente ser tendencia y modernidad, siguen siendo los adjetivos que mejores le quedan. 

 

Nota realizada por Ariel Andreoli

lunes, 18 de noviembre de 2013

Millones de dudas

Se podría discutir sobre la ética periodística de un diario a la hora de dar a conocer el sueldo de un entrenador de fútbol, pero diferenciar al periodismo deportivo del amarillismo se hace lejano desde hace varios años. Además, entrar en ese debate desviaría el foco de la atención en la mala campaña que hizo River durante este semestre.

Gambeta y Distorsión no acostumbra a hablar de cifras, pero Ramón Díaz acaba de renovar un contrato a la altura de los más altos de Sudamérica e incluso de algunos países europeos.




Si bien hablar de fracaso suena fuerte, la realidad indica que los hinchas de uno de los equipos más grandes del fútbol argentino no van a tener un campeonato por el cual brindar en la mesa de fin de año.

¿Aumenta la responsabilidad del entrenador al ganar un sueldo más que suculento?
La respuesta queda a criterio de cada fanático, pero en River no están nada contentos con la actualidad del equipo. El millonario se dedicó de lleno a la Copa Sudamericana y descuidó por completo el torneo argentino. Tras una eliminación frustrante del certamen internacional ante Lanús, el equipo se encuentra en el décimo quinto lugar en el campeonato y deberá sumar puntos para no revivir fantasmas pasados.

Fue un semestre con muchos más errores que aciertos para Ramón. La fallida exclusión del delantero franco argentino David Trezeguet es uno de los ejemplos. River es el equipo con menos goles a favor de toda la liga, mientras que el francés ya marcó 5 goles en pocos partidos con la camiseta de Newell´s.

Se cuestionó además la llegada de jugadores como Osmar Ferreyra y Juan Carlos Menseguez. Ambos venían de un muy bajo rendimiento en sus anteriores equipos. El "Malevo" llegaba de descender con Independiente y Menseguez acumulaba dos años sin jugar debido a una grave lesión.








La derrota con Boca en el Monumental golpeó fuerte a un plantel en la actualidad cuestionado. La relación con la gente se volvió tensa tras el clásico y el funcionamiento nunca volvió a ser el mismo. De hecho, el equipo de Nuñez todavía no pudo volver a la victoria tras ese encuentro con los xeneizes.

La única alegría para el hincha de River en este semestre fue la victoria ante San Lorenzo por la Copa Sudamericana. El arquero Barovero fue la gran figura de aquella serie. Los palos y la gran actuación de "Trapito" sostuvieron a un River de opaco rendimiento que se quedó con la clasificación.



Lo positivo de cara a fin de año: En River aguardan por la definición del Torneo Final. En caso de que Newell`s, Arsenal o Lanús se consagren campeón, los de Ramón Díaz se clasificarán a la Copa Libertadores 2014. 



Nota por Hernan Clerici
Fotos: Diario Olé

Toda la sangre se hizo miel

 

Cultura Profética volvió a la Argentina Con su Tour Viva la Cultura 2013, donde repasó toda su carrera en un show de más de tres horas. Otra vez la cita volvió a ser multitudinaria. Los boricuas de Cultura Profética volvieron a llenar po segundo año consecutivo el Microestadio Malvinas Argentinas.

El clásico grito "Oh, soy Cultura..." acompañó una entrada sorprendente con una atípica versión de "Gracias vida", y sin mediar palabras siguieron con"Baja la tensión" y "Sube el humo", un tanto más rápida que la tradicional y con la aparición de los sintetizadores, cada vez más usados por la banda. Siguiendo esa linea ácida sonó "Somos muchos", el primer tema con aires revolucionarios de la noche, a cargo de la voz de Boris Bilbraut, el que mueve el motor atrás de los parches.

Con las luces prendidas, Willy Rodríguez (bajo y voz) se paró frente al público y dijo "Buenas noches, esto se ve bellisimo, después del Luna Park pensamos que no viviríamos algo extraordinario y nos han dejado espantados esta noche".  Cultura se ponía romántica y la sangre de a poco se empezaba a convertir en miel, cuando "Rimas pa´ seducir" enamoraba a quien estaba enfrente.




La fiesta siguió con "Soy el verbo" y los primeros rapeos del boricua. El público bailaba encantado mientras miraba el escenario, las luces iluminaban a la perfección y los flashes y los acordes psicodélicos te llevaban a volar por alguna galaxia musical. "Para estar" descomponía corazones en reparación, y esa locura de amor, o de desamor, llegaba con "De antes" a la que le engancharon un instrumental con el estilo característico de Cultura y para rematar el medley, "Ideas nuevas".

"Vamos con uno suavecito, dedicado a la gira más apretada que tuvimos en nuestra historia, demasiados shows, hay que cuidarse mucho por estos días intensos"; así llegó "Días intensos", que fue escuchada atentamente, como si fuera nueva y no se la entendiera mucho, un gran tema que cuenta perfectamente el ciclo de la vida.

Los boricuas no dejaban de sorprender. Boris tomó el control de la voz de frente al público y Willy encaró la percusión para interpretar "Árboles" en su versión original. Luego llegó el homenaje: "fue un genio en su carrera, cada grupo que formó, la verdad es que sin escuchar a este tipo no se puede decir que se sabe del rock argentino; por ejemplo Cerati, al escucharlo, tú sabes que ha escuchado al maestro. Esto es para tí, Flaco", y "Barro tal vez" fue el homenaje para Luis Alberto Spinetta, musicalmente una exquisita versión, un verdadero homenaje con mucho respeto y dedicación, como ya había ocurrido con "Bocanada" de Cerati en el Luna Park.

Las dedicatorias siguieron, aunque ahora en un plan menos amistoso antes de "No me interesa": "Esta va para el presidente de los Estados Unidos y que hemos hecho hace mucho tiempo, en Puerto Rico vivimos una imposición de los Estado Unidos hace 114 años ya, y muchas personas no se ven viviendo independientes. Es una pena ver que cada 4 de julio se festeja la independencia de los Estados Unidos, y la gente no se da cuenta que es una pena no poder festejar la independencia nuestra, o por lo menos perseguirla.

El baile seguía en el campo del Malvinas con el "Ritmo que pesa" y "Amante luz", con Boris comandando desde la bateria y Esteban González en trombón para darle eso no tradicional a la musicalidad de Cultura Profética. En homenaje a Bob Marley sonó "Zimbabwe", en la versión Cultura, con la particularidad de ser cantada en español y adaptada a la liberación de la isla de Bieke. El pelado Willy le dejó la voz a la corista Kianí Medina, que demostró todo su potencial.

Los clásicos pasaban y el reggae seguía su fiesta, "Nadie se atreve", se pegó a "Que tiempo se vive", "Canto en la prisión", "Ilegal" y cuando ya se denotaba que a la noche le quedaba poca rosca, la gente volvía a ser protagonista y el "Soy Cultura..." se volvía a escuchar, esta vez con el bajo y los vientos acompañando la moción.

Antes de encarar los bises, Cultura tocó "Verso terso", y pasadas las 00.30 llegó "La espera" y toda la sangre se hizo miel, pegada "Un deseo", y para irse allá arriba con el pogo en lo más alto "Mrs Swing y los pasitos jazz". "Gracias Argentina, nos vemos en la próxima, sin ustedes nada es posible" fueron las palabras de despedida.

Profesionalismo, dedicación, grandeza, musicalidad, poner los acordes en los momentos justos, son algunas de las características que se ajustan a Cultura Profética. Los puertorriqueños siguen demostrando por qué son la banda más importante del reggae en español, y por qué en Argentina se los venera como locales.

Nota por Pablo Rios
Fotos Gentileza Cultura Profetica.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Blur, paredón y después



   El sábado 2 de noviembre prometía estar feo y daba la impresión de que otra vez, se atrasaría el comienzo del Quilmes Rock, festival patrocinado por la marca de cerveza, por mal tiempo (la fecha del 1 de noviembre se terminó pasando al 4 de noviembre por las lluvias intensas que azotaron la ciudad). Pero no: el viejo Parque de la Ciudad (convertido en ‘Ciudad del Rock’) recibiría a decenas de bandas para darle comienzo a esta nueva edición. Esta vez sería en un lugar nuevo para los habitués de estos tipos de festivales.

   La venta de entradas había comenzado hacia unos meses, con una promoción en la que venía el estacionamiento incluido ya que los medios de transporte son más limitados que en otras zonas de la ciudad (sino, preguntar a las miles de personas que finalizado el show no sabían como iban a volver a sus casas).
   Al ingresar al predio, se notaba la urbanización realizada en varias de las hectáreas que completan el predio, para que la organización del show sea pareja y no hubiera ningún tipo de quejas. Desde temprano, cuando el sol aún jugaba su rol de dar calor, se podía ver bandas en el escenario principal, siendo Richard Coleman (eterno amigo de Gustavo Cerati como también integrante ochentoso de Fricción) el plato fuerte nacional con un show muy prolijo, con varias canciones de su último álbum ‘Incandescente’. Mientras que Café Tacuba fue la banda telonera de Blur. Con un show de poco más de una hora, la banda mexicana regó algunas gargantas con varios de sus hits, tanto covers como propios. 

   Pasadas las 21, la gente ya pedía por esos niños ingleses que supieron inundar los 90’s con hits eternos de radios y boliches. Unos sonidos de fondo hacían de previa hasta que finalmente salieron, después de 14 años, Damon Albarn (voz, tecladista y guitarrista), Graham Coxon (voz y guitarra), Alex James (bajo) y Dave Rowntree (batería), generando un bullicio de placer y excitación. Un "Buenas noches!", soltó Albarn con un español bañado de ese tono inglés innegable apenas subió, para luego despacharse con un “Are you Ready?”, y las 30 mil personas que copaban el lugar no pudieran negarse a estar listos cuando, los sonidos electrónicos invitaban a saltar/bailar con el inoxidable ‘Girls & Boys’. La noche estuvo plagada de esos himnos que nadie olvida: desde el (casi) inédito ‘Popscene’ hasta ‘There’s no other way’, de Leisure, desde ‘Beetlebum’, del disco Blur (pasando por ‘Trimm Trabb’ y ‘Caramel’, de 13)  hasta ‘Out of Time’, del casi no recordado ‘Think tank’, último album de la banda de Colchester. 


   Coxon tomó el micrófono y comenzó a cantar ‘Coffee & TV’, canción más recordada del álbum 13, que los trajo a la Argentina allá a fines de 1999. La finalizó Damon, con unas frases de ‘Satellite of love’, para recordar y eternizar a Lou Reed. La banda estuvo acompañada de dos grupos: uno de coristas, y otro de vientos, que encajaban tan bien con la banda, que era casi una experiencia sinfónica por la sincronización que poseían con el grupo inglés. No más escuchar ‘Tender’, que emocionó a todos los que estaban presentes, y ni hablar de esa chica que subieron al escenario (gracias al cartel que sostuvo gran parte del show diciendo que su sueño era cantar con Albarn esa canción) para interpretar las primeras estrofas de ese bello tema

   Puros hits sonaban y sonaban junto a la torre del ex Parque de la Ciudad, por eso ‘To the end’ y ‘Country House’ (donde Albarn se paseó por el pasillo que dividía el campo saludando a la gente), antecedieron al inigualable ‘Parklife’, con Phil Daniels, el comediante que narra la parte hablada en la canción. El actor los acompaña en toda esta gira mundial que realizan los reyes de la Cool Britannia.  ‘End of the Century’ y ‘This is a low’ cerraron la primera parte del show, pero aún quedaba un solo bis (sí, una pena). ‘Under the Westway’, una canción nueva espectacular  donde Damon hizo rugir su teclado. Modern life is rubbish es el segundo álbum de la banda, y de ese disco de 1993 sonaba ‘For Tomorrow’, para darle un tierno final con ‘The Universal’, esa canción maravillosa de The great Escape de 1995, que puso sensible a todos y nadie no pudo corear el “It’s a really, really, really, Could happen”, del estribillo de la canción. Claramente, ese no fue el fin: faltaba ‘Song 2’, para destrozar las cabezas y sobre todo, (lo poco que quedaba de) las piernas, con un pogo que va a ser imposible de olvidar.



   Blur pisó suelo argento por segunda vez en su historia, y su público le demostró tan sólo con hechos, que el amor por ellos es gigante. Dos generaciones, la que estuvo en el ’99 y la que no, esperaron 14 años para verlos otra vez brillar. Ellos, no defraudaron: vinieron a ratificar por qué son una de las bandas más importantes en la historia del rock británico, mostrando que los buenos músicos son como un buen vino: mientras más le pasan los años, más interesantes se ponen.



Nota por Ariel Andreoli